martes, 29 de diciembre de 2009

De Agustín de Hipona y la filosofía medieval a Tomás de Aquino

Los siguientes apuntes son la transcripción mecanografiada que realicé en el invierno de 1998 de un manuscrito encontrado en el Departamento de filosofía del Instituto María de Molina. El original manuscrito perteneció al profesor de filosofía y orientador de aquel centro, Doroteo, que apareció muerto en el mismo departamento, después de que sus compañeros y su misma mujer le estuviesen buscando durante toda aquella noche. Yo nunca he sabido explicar la filosofía medieval si no es con estos apuntes; sirvan por tanto como homenaje y reconocimiento a Doroteo.



Introducción
Con el estudio de las diferentes escuelas filosóficas post-aristotélicas
(escepticismo, epicureismo, estoicismo y neoplatonismo), abandonamos la
primera gran etapa de la Historia de la Filosofia, la filosofía griega y damos
paso a una nueva etapa: la Filosofía Medieval. El hecho histórico-cultural que
marca el paso de una etapa a otra es, sin duda. alguna, la aparición y
consolidación de la religión cristiana.
Las figuras filosóficas más importantes de esta nueva etapa son San
Agustín, Anselmo de Canterbury (más conocido como San Anselmo), Tomás de
Aquino, y Guillermo de Ockham.
Comenzaremos el tema, delimitando, en primer lugar, las coordenadas
espaciales y temporales en las que hay que situar la Filosofía Medieval; en
segundo lugar, haremos referencia a la " gran reuolución intelectual" que se
produjo en los primeros siglos de nuestra era (del siglo I al siglo V) con la
aparición del Cristianismo, y al"clima cultural" que posibilitó la emergencia de la
Filosofia Medieval; en tercer lugar, señalaremos las características esenciales
que definen la actividad filosófica en los siglos centrales de ia Edad Media; y,
finalmente, uno por uno, analizaremos con detalle los principales problemas
filosóficos a los que dedicaron sus "esfuerzos intelectuales" las figuras
anteriormente mencionadas.
I. FILOSOFÍA MEDIEVAL: COORDENADAS ESPACIO-TEMPORALES.
Ahora bien, cuando se habla de "Filosofia Medieval" no se hace referencia
a las aportaciones filosóficas desarrolladas entre los siglos V y XV, sino sólo a
las que tienen lugar entre los siglos XI y XIV; de hechc, se considera que toda la
actividad intelectual que transcurre entre los siglos V y XI no cs más que una
"labor de preparación cultural" que abona el terreno para el "surgimiento" y
"crecimiento" de una auténtica actividad filosófica que tendría lugar en los
siglos inmediatamente posteriores.
"Espacialmente", la Filosofia Medieval hay que situarla,
fundamentalmente, en cuatro países: España, Inglaterra, Italia, y, sobre todo,
Francia. En estas naciones había importantes centros culturaless (monasterios,
abadías, escuelas de traducción, universidades), y fue en ellos donde "nació" y
se desarrolló lo que se ha llamado "Filosofia Medieval".
En definitiva, la Filosofia Medieval hay que situarla, geográficamente, en
la Europa Central y Meridional, y, cronológicamente, entre los siglos XI y XIV.




2. LOS ANTECEDENTES DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL.
LA PRIMITIVA FILOSOFÍA CRISTIANA. DE LOS PADRES APOLOGETAS A SAN AGUSTIN.

La filosofia medieval es una filosofia estrechamente unida a la religión
cristiana. De hecho, gran parte de la actividad filosófica tiene como centro la
reflexión racional entorno al mensaje cristiano. Pero ya antes del siglo XI, siglo
en el que aparece propiamente la filosofia medieval, se había reflexionado
filosóficamente acerca del cristianismo. Esta reflexión se da sobre todo entre los
siglos III y V y sus protagonistas fueron los llamados Padres Apoloqetas y los
Padres de la Iglesia, en especial San Agustín.
Los Padres Apologetas son autores cristianos cuyas obras son "apologías"
(de ahí la denominación), es decir, obras que tenían como objetivo fundamental
defender la doctrina cristiana de los ataques de los que era objeto por parte de
los filósofos y los paganos (es decir, los no-cristianos). Sin embargo, hay que
decir que son unos filósofos "un poco especiales" pues la mayoría de ellos
renuncian a la actividad filosófica conscientes de que para obtener "la
salvación" -que es lo único verdaderamente importante- sólo es necesario tener
fe en el mensaje cristiano revelado en las Sagradas Escrituras. Aunque son más
bien críticos y negadores de la filosofia, en algunas partes de sus obras se
vieron obligados a "filosofar" para dar respuesta a sus "enemigos intelectuales".
Los Padres de la Iglesia, además de defender la doctrina cristiana,
comienzan a formular el dogma y el "credo" cristianos, tal y como lo conocemos
hoy (esta "formulación" fue una tarea muy dificil dado que continuamente se
producían "desviaciones doctrinales" o herejías, lo que motivó la celebración de
numerosos concilios, entre ellos el Concilio de Nicea en el año 325). Para ello, es
decir, para la formulación del "credo" cristiano en muchas ocasiones se
sirvieron de algunas ideas filosóficas antiguas ajenas al Cristianismo, sobre
todo platónicas y estoicas. La razón de este uso de ideas filosóficas "paganas"
para fundamentar el mensaje cristiano radicaba en su conformidad y
concordancia. Por ejemplo, las afirmaciones platónicas acerca
-del origen del mundo -sensible-, acerca de la naturaleza del hombre -cuerpo y alma-,
inmortalidad del alma, el control racional de los instintos y apetitos, etc. eran
ideas que concordaban en gran parte con el mensaje religioso del Cristianismo.
El más importante de los Padres de la Iglesia es San Agustín, o Agustín
de Hipona (354-430) . La tarea fundamental de San Agustín -y por eso ha
pasado a la Historia- consistió en intentar hacer compatibles el mensaje
cristiano con la filosofia platónica, fundir en una única doctrina Cristianismo y
Platonismo. Esta "cristianización de Platón" (o "platonizacion del cristianismo")
se percibe sobre todo en sus teorías acerca del origen del mundo y acerca del
conocimiento. Según San Agustín, el mundo ha sido creado por Dios "de la
nada" /ex nihilo) pero lo ha creado utilizando como modelos las Ideas
Eternas (el Mundo Inteligible en versión platónica) que se encuentran en su
mente (en la mente divina). En cuanto al tema del conocimiento, San Agustín
defiende una teoría similar a la "teoría de la reminiscencia" de Platón según la
cual "conocer es recordar". La teoría de San Agustín, llamada "Teoría de la
Iluminación" sostiene que en el momento de crear Dios el alma -que es el
órgano del conocimiento-, Dios infunde en ella los conocimientos de las Ideas o
ésencias inmutables de las cosas; la expenencia, el contacto con las cosas a
través de los sentidos, los suscita, los despierta, pero su "visión" es posible
gracias a una "iluminación" o "luz natural" -de ahí el nombre de la teoría- que
Dios nos ha concedido.
Asimismo, de San Agustín es importante su concepción e interpretación
de la Historia. Esta interpretación aparece en una obra titulada La Ciudad de
Dios, obra escrita para hacer frente a los "blasfemos errores" que achacaban la
caída del Imperio Romano (producida a partir de la invasión de Roma por los
pueblos bárbaros en el año 410) a los cristianos por su postura de "no
beligerancia" y su pacifismo lo que motivó una escasez de "mano de obra' para
la guerra (es decir, una escasez de soldados).
La interpretación que de la Historia aparece en este libro es una
interpretación lineal de la Historia y del Tiempo. Frente a la concepción cíclica
del acontecer temporal e histórico propia de los griegos según la cual, de la
misma manera que en la Naturaleza se suceden una y otra vez el día y la
noche, las estaciones, etc. en la Historia asistimos a una repetición indefinida
de procesos y aconteceres dotados todos ellos de una fase de apogeo y
decadencia y muy semejantes en sus características más esenciales. San
Agustín apuesta por una interpretación lineal de la Historia: la Historia de la
Humanidad es una sucesión lineal con un comienzo (origen divino del mundo)
y con una meta bien definida (el Juicio Final y la salvación eterna). Se trata de
una concepción escatológica pues la Humanidad camina "progresando" desde
un comienzo hasta un "final de la Historia" que seria el Juicio Final.
Este "camino" de la Historia está predeterminado dsantemano por Dios.
Los hombres no son los protagonistas de los hechos históricos aunque
así parezca a primera vista. Es Dios quien "actúa". Dios dirige la Historia hacia
la meta que Él ha prefijado de antemano; los hombres no somos más que unas
meras marionetas cuyos hilos son movidos por una "Mano Invisible" que es
Dios. Puesto que Dios interviene, Dios es Providencia. Es decir, Dios ha creado
el mundo pero no se ha olvidado de él sino que "interviene" constantemente: en
la Naturaleza -prueba de ello es la existencia de milagros- y en la Historia -
dirigiendo el acontecer histórico hacia la meta que El ha marcado-.
En definitiva, en estos primeros "siglos de vida" del Cristianismo se van a
ir formulando algunas de las doctrinas que van a configurar el dogma cristiano.
La novedad con respecto a las "doctrinas antiguas" es sustancial. De hecho, el
triunfo de estas "nuevas doctrinas" marca el paso y tránsito de un "mundo
antiguo" (el mundo de los ideales grecorromanos) a un "mundo nuevo" (el
mundo de las doctrinas cristianas).
Algunas de las doctrinas novedosas del Cristianismo son:



a) la doctrina de la creación del mundo a partir "de la nada" (ex nihilo) -esta doctrina sería
absurda para un "antiguo" pues "de la nada, nada sale"-,



b) la doctrina del teocentrismo, según la cual Dios es el "centro" del mundo y de la vida de los
hombres;



c) la doctrina de la superioridad de aquellas verdades aceptadas por fe
(verdades reveladas) sobre aquellas otras verdades alcanzadas mediante la
razón humana -un "antiguo" sólo acepta como verdadero aquello que ha sido
descubierto por la razon, la interpretación lineal de la Historia -frente a la
interpretación cíclica o circular de los "antiguos-griegos", y



d) la doctrina del origen de las acciones malas de los hombres: el origen se encuentra en la
libertad humana, el mal es producto del "libre albedrío", de la libertad -para un
"antiguo" las acciones malas son producto de la ignorancia, del
desconocimiento "de lo que es el bien" (¡acuérdate del intelectualismo moral de
Sócrates¡)-
3. LA FILOSOFÍA MEDIEVAL: CARACTERÍSTICAS GENERALES, ETAPAS y PROBLEMÁTICA FILOSÓFICA.
Las características fundamentales de la filosofia medieval son las
siguientes:
1) Vinculación con la religión (philosophia ancillae theologia) y sometimiento al criterio de autoridad: la filosofia medieval es una filosofia con un importante "componente religioso"; mejor dicho, es una filosofía hecha "desde la religión" y, fundamentalmente, con "fines religiosos".
En efecto, los filósofos medievales toman como punto de partida y
premisa del filosofar la "tradición religiosa contenida en los Libros Sagrados y
en las obras de los Padres de la Iglesia. Esta "tradición religiosa" constituye
para el filósofo medieval una "autoridad" que ha de ser aceptada como "verdad".
El filosofar, en este sentido, queda sometido a lo establecido por la tradición
religiosa. En esto vemos que la filosofia medieval se diferencia claramente de la
filosofia antigua -de la filosofia hecha hasta entonces- pues ésta, constituye una
tarea de investigación racional autónoma ya que se hace con independencia crítica frente a cualquier tradición (conviene recordar que la filosofia nació como
saber racional que "rompió" con la tradición de los mitos). En cambio, la
filosofia medieval no es una actividad racional autónoma pues toma como
punto de partida de su investigación unas "verdades" ya aceptadas de
antemano (las "verdades" de la tradición religiosa). De esta manera, la filosofia
no va a tener entre sus funciones "descubrir la verdad" acerca del mundo, del .
hombre, etc (pues esta "verdad" ya ha sido revelada y se halla contenida en los
Libros Sagrados) sino "analizar la verdad" e interpretarla a la"luz natural" de la
razon. En efecto, la verdad ya ha sido dada y los hombres hemos de aceptarla
por "fe", pero ello no basta; es necesario que la "verdad revelada y admitida por
fe" se nos presente también como una "verdad racional", esto es, como una
verdad a la que también se puede llegar por la razón. Así pues, el filosofar se
convierte en un ejercicio intelectual destinado a "presentar de forma racional"
aquellas verdades que los hombres ya aceptan por el "procedimiento irracional
de la fe". En este sentido, la filosofia se convierte en una especie de "sierva" o
"esclava" de la reliqión, de la teología, en una especie de saber subordinado a la
religión. Por eso, precisamente, se puede decir que la filosofía medieval se hace
con "fines religiosos".
2) la filosofía medieval es una filosofía escolástica: el término
"escolástica" es un derivado del vocablo latino "scholasticus" cuya traducción al
castellano es "el que enseña en una escuela". "El que enseña en la escuela" es el
maestro que enseñaba en las escuelas monacales (monasterios), en las escuelas
catedralicias (catedrales), y en las escuelas palatinas (establecidas en los
palacios). Y enseñaba siguiendo una "metodología"' determinada y fija: la
metodología escolástica. Esta metodología se basaba fundamentalmente en la
lectio y en Las disputationes. La Lectio consistía en la lectura de algun texto
importante de Libros Sagrados o de obras de los Padres de la Iglesia; las
Disputationes eran debates sobre cuestiones religiosas que aparecían en la
lectio.
La filosofia medieval es una "filosofia escolástica" porque, en primer
lugar, se hacía en las "escuelas" (monacales, catedralicias. y palatinas; a partir
del siglo XIII en las universidades), y, en segundo lugar, porque respetaba la
metodología de la lectio y de la disputatio. De hecho, aIa filosofia medieval se la
suele llamar simplemente " ESCOLÁSTICA".
La filosofia medieval o Escolástica (la cristiana, pues también hay una
escolástica judía y una escolástica arabe) se divide en tres qrandes etapas:
a) La AIta o Temprana Escolástica abarca los siglos XI y XII. La
figura central es Anselmo de Canterbury. Los siglos anteriores, desde el siglo V
hasta el siglo X, son siglos de "escasa creatividad cultural": nada original surge
en el campo de la filosofia. Lo único destacable es la labor de conservación y
transmisión de la cultura antigua desarrollada en monasterios y abadías por los
"copistas" (copiadores de manuscritos antiguos) .
Sin duda alguna, la labor de recopilación más importante fue la que
desarrolló Isidoro de Seuilla (560-636), autor de una magna obra titulada
Etimoloqías, en la cual recoge muchos de los conocimientos de la Antigüedad
acerca de las distintas áreas del conocimiento: medicina, geografia. música,
derecho, filosofia, etc. Asimismo, sobresalen en esta "labor conservadora" de la
cultura ántigua Boecio, y Casiodoro, quien impuso como "deber" a los monjes el
copiar los manuscritos (de esta manera, quedó garantizada su supervivencia
para la posterioridad) .
b) La Gan Escolástica se desarrolla durante el siglo XIII. Es la
etapa de esplendor de la filosofia medieval. La figura central es Tomás de
Aquino. Tres acontecimientos culturales merecen ser destacados.
1) En primer lugar, la irrupción del aristotelismo y su asimilación por parte
del cristianismo: a pesar de la labor de conservación cultural llevada a cabo en
abadÍas y monasterios, muchas de las obras de los grandes filósofos de la
Antigüedad eran desconocidas en Europa (de Platón, por ejemplo, solamente se
conocía el Timeo; de Aristóteles, las obras de lógica). No obstante, gracias a la
expansión de los árabes -que si conservaban estas obras pues habían
conquistado los territorios donde se encontraban los grandes centros culturales
de la Antigüedad-, muchas de estas obras comenzaron a divulgarse en
Occidente. El gran "foco de divulgación" fue la Península Ibérica (no hace falta
recordar que cayó en poder de los árabes en el siglo VIII), y ello fue gracias a los
"centros de traducción" (destaca el de Toledo). Se comienzan a traducir ias obras
de muchos filósofos griegos, en especial de Aristóteles. Este hecho es de una
enorne importancia pues Tomás de Aquino, figura central de esta etapa,
representa el "intento filosófico" de hacer conciliables el aristotelismo y el
cristianismo.
2) En segundo lugar, el surgimiento en el siglo XIII de las Universidades. En
Inglaterra, la de Oxford; en Francia, la de París; en ltalia, la de Bolonia; y en la
Península Ibérica, la de Salamanca. Este acontecimiento cultural es importante
por dos razones: en primer lugar, porque la filosofia, a partir de ese momento,
se va a hacer en ellas; en segundo lugar, porque las grandes figuras filosóficas
de los siglos XIII y XIV van a desarrollar su actividad intelectual en alguna de
estas universidades (Tomás de Aquino en la de París; Guillermo de Ockham en
la de Oxford).
3) En tercer lugar, La fundación de dos órdenes religiosas: la dominica y la franciscana. ambas órdenes se reparten el poder, la influencia y el saber. Concentran el filosofar medieval. De hecho los grandes filósofos de los siglos XIII y XIV pertenecen a alguna de estas órdenes: Tomás de Aquino a la orden dominica y Ockham a la franciscana-
c) La Baja Escolástica abarca el siglo XIV. Es la etapa de "crisis de
la escolástica. La filosofia medieval con sus características esenciales (vinculación con la religión, sometimiento a la autoridad, subordinación de la filosofia a la religión) comienza a "desmoronarse". Uno de los máximos responsables de este "desmoronamiento" es Guillermo de Ockham, fundador de una tendencia filosófica de gran trascendencia: el Nominalismo

En cuanto a la "problemática filosófica" tratada hay que decir que tres
son los grandes problemas a cuya resolución dedicaron sus "esfuerzos
intelectuales" los filósofos medievales: 1) el problema de los Universales -que no es
nuevo sino que, de alguna manera, ya. estaba presente en la Filosofia Antigua-;
2) el problema de la relación Razón (Filosofia) y Fe (Religión); y 3) el problema de la demostración racional de la existencia de Dios (éste último es el que más nos
interesa ya que el texto de Tomás de Aquino lo trata de manera explícita). En
las tres partes siguientes del tema vamos a centrarnos en cada uno de estos
problemas y a tratarlos con detalle.
4.EL PROBLEMA DE LOS UNIVERSALES EN LA FILOSOFÍA MEDIEVAL.
El problema de los universales llena gran parte de la filosofia hecha en la
Edad Media. El planteamieto del problema es el siguiente: en el plano de la
realidad existen cosas individuales, singulares, por ejemplo, perros, mesas,
sillas, hombres. La cuestión o problema es averiguar, saber si la palabras "perro"
"mesa", "silla", "hombre", etc. que se denominan universales porque apuntaban a
la universalidad o totalidad de los perros, de las mesas, de las sillas o de los
hombres, etc, se referían a realidades independientes de los perros, de las
mesas, de las sillas o de los hombres que vemos por doquier.
Este problema filosófico, que ya fue planteado al comienzo de la Edad
Media por Boecio, tiene sus orígenes o antecedentes en la Filosofia Antigua: por
ejemplo en Sócrates con su pretendida búsqueda de la definición universal
(buscar la definición universal de algo, por ejemplo "Belleza", es buscar aquello que hace que a determinadas cosas o acciones le apliquemos la palabra "bellas"); "Platón con su Teoría de las Ideas (existencia de un "mundo" de esencias universales de las cuales son copias los distintos objetos que vemos a través de los sentidos: las Ideas); y Aristóteles, para quien el conocimiento auténtico consiste en conocer la "forma sustancial" o esencia que se encuentra
en las cosas particulares'
A lo largo de la Edad Media vamos a encontrar tres soluciones o posiciones filosóficas en torno al problema:
1) Realismo Exagerado. Defendida entre otros por Anselmo de Canterbury (XI-XII), Guillermo de Champeaux (XII) y por San Buenaventura (XIII). Esta solución consiste en afirmar que "los universales" existen por sí mismos (en la mente divina), independientemente de las cosas individuales, Y, además, anteriores a ellas. Es la solución conocida como
"Universalia ante rem" (los universales existen "antes" de la cosa). Los universales
se hallan enteramente en todos las cosas de una misma clase; las diferencias
entre las cosas individuales de una misma especie o clase radican en los accidentes. Por ejemplo el universal "Hombre" existe en la mente divina independientemente de los objetos-hombres y anteriormente a ellos, y permanece idéntico e inmutable en todos los hombres singulares. son las diferencias accidentales las que permiten distinguir a Daniel de Paulo y a éste de David, por ejemplo. Esta solución es heredera de la Teoría de las Ideas de
Platón.
2) Realismo moderado. Defendida entre otros por Alberto Magno y por
Tomás de Aquino (ambos del siglo XIII). Es heredera de la filosofia aristotélica.
Esta solución consiste en afirmar que "los universales" son productos del
entendimiento ("la mente los hace o fabrica") pero tienen un fundamento en las
cosas pues existen "dentro" de ellas como forma esencial. Es la solución
llamada "Universalia in re". Solamente existen las cosas singulares, particulares;
los universales por sí mismos e independientemente de las cosas no existen,
pero existen "en las cosas", concretamente en la forma sustancial o esencial
(toda cosa, toda sustancia es materia+forma). De lo que se trata es de extraerlo,
sacarlo de las cosas; la mente lo hace a través de un proceso de abstracción.
Por tanto, el universal "existe" pero tiene una "existencia individual" ya que sólo
puede existir en las cosas individuales. Por ejemplo, no existe el universal
"Hombre" independientemente de los individuos-hombres; existen individuos-hombres
(Daniel, Paulo, David) que tienen una misma forma esencial: la forma
esencial Hombre); de lo que se trata es de sacarla de los individuos-hombres
mediante un proceso de abstracción que prescinde de las diferencias entre
ellos.
3) Nominalismo. Esta solución aparece en los siglos XI y XII con autores
como Roscelino y Pedro Abelardo, pero triunfa en el siglo XIV con el monje
franciscano Guillermo de Ockham y con sus discípulos (precisamente llamados
"nominalistas"). Para esta solución, lo único que existe en la realidad son los
seres concretos, individuales y singulares; nada existe en la realidad que sea
universal, los llamados universales (Hompre, Silla, Mesa, etc) son nombres o
términos lingüísticos que, por una razón de "economía o ahorro de lenguaje",
asignamos a las cosas que se parecen entre sí. En efecto, todas las cosas -dada
su singularidad e individualidad- son diferentes, pero para no tener que utilizar
una palabra distinta para cada una ("economia en el lenguaje"), lo que hacemos
es asignar un nombre (nominen -de ahí viene la denominación-), un término o
palabra a aquellas cosas que presentan semejanzas. Por tanto, el llamado
"universal" es algo que se forma "después" de ver las cosas concretas y
singulares. Esta es la solución conocida como Universalia post rem.


5.EL PROBLEMA DE LA RELACIÓN RAZÓN-FE EN LA FILOSOFÍA MEDIEVAL.
El problema de las relaciones entre la razón y la fe fue muy debatido en
la filosofia medieval. Es también el problema de las relaciones que puede haber
entre la filosofia y la religión, pues la primera se fundamenta en la razon
mientras que la segunda se apoya en la fe. Por eso, en las páginas que siguen
hablar del problema de la relación razon-fe es, al mismo tiempo, hablar del
problema de la relación filosofia-religión.
El problema puede ser enunciado de la siguiente manera: la filosofia es
un saber racional, un saber que establece y exige que todo conocimiento para
ser considerado verdadero y auténtico, ha de ser demostrado y verificado como
cierto, ya sea por el testimonio de los sentidos o por las leyes lógicas. La
religión, en cambio, contiene un conjunto de "verdades" que se aceptan por fe,
y la fe es creencia firme y sin necesidad de demostración ni verificación. Fe, de
alguna manera, es aceptar como verdadero "aquello que no se ve" y que,
posiblemente, nunca pueda ser visto.
La cuestión o problema es: ¿es posible algún tipo de colaboración entre ambas?;
¿o hay que defender su separación o "divorcio"?.
Cuatro son las soluciones que se van a dar a este problema a lo largo de
la Edad Media:
1) Aqustinismo filosófico. Defendida, entre otros, por Anselmo de
Canterbury y por San Buenaventura (Siglos XI-XII), esta solución sigue fielmente
la postura que había defendido San Agustín en el siglo V (de ahí la
denominación de la solución). La razón y la fe han de colaborar conjunta y
solidariamente en la explicación y esclarecimiento de la revelación cristiana. El
primer paso de esta colaboración solidaria entre razon y fe lo da la fe: "crede ut
intelligas" ("cree para que puedas entender y comprender"; "Si no crees no
comprenderás"); la fe, pues, precede a la razón; el segundo paso lo da la razón:
"intellige ut credas" ("entiende para creer"); la razón ha de ayudar a esclarecer
y dilucidar lo creído por la fe. Anselmo de Canterbury condensó su solución al
problema con la frase: "fides quarens intellectum": la fe en busca de la
comprensión (creer no basta, la fe no es suficiente; es necesario encontrar un
"apoyo racional" para lo creído por fe, para la creencia en la revelación divina.
Como ejemplo de este planteamiento valga lo siguiente: en las Sagradas
Escrituras aparece de forma clara que Dios existe; la existencia de Dios es una
verdad. El hombre que tiene fe, creerá que, efectivamente, es verdad que Dios
existe; pero eso no basta, hace falta algo más: hace falta que el hombre intente
"comprender", "entender" esa verdad a la luz de la razon, es decir, "verla
racionalmente" intentando demostrarla.
En definitiva, entre razon y fe no hay separación pues ambas deben colaborar conjunta y solidariamente en el esclarecimiento de la verdad (la verdad del Cristianismo).
2) El averroísmo latino y la teoría de la doble verdad . (Averroes: El
más notable de los filósofos árabes, nacido en Córdoba en 1126 y muerto en lo
que hoy es Marruecos en 1198) La expresión "averroismo latino" se utiliza para
hacer referencia a una serie de filósofos cristianos del siglo XIll, entre los que
destaca Siger de Brabante, y que, en lo esencial, apuestan por la solución que al
problema de las relaciones razón-fe había dado el filósofo árabe Averroes, de ahí
la denominación.
Averroes era un defensor acérrimo de la filosofia aristotélica (de hecho, él
es uno de los máximos responsables de la difusión del aristotelismo en
Occidente). Aristóteles representa, para él, la culminación de la filosofia como
ejercicio de búsqueda racional de la verdad (las verdades a que ha llegado
Aristóteles son el "resultado esplendoroso" del ejercicio de la razón como
facultad de conocimiento).
Sin embargo, Averroes, al mismo tiempo que un aristotélico convencido,
es un creyente que tiene "fe" en la revelación hecha por Alá a Mahoma y que
está contenida en El Corán. Esta doble condición -la de ser al mismo tiempo un
filósofo aristotélico y un creyente- le planteaba un grave problema pues era
consciente de que entre lo que nos dice "la razón", la filosofia -Aristóteles- y lo
que nos dice "la fe", la religión -El Corán-, existen frecuentes y graves
contradicciones. Ejemplos: la razón -Aristóteles- nos dice que el mundo es
eterno; la fe nos dice que ha sido creado por Dios (si ha sido creado en un
momento determinado no es eterno), la razón nos dice que el alma es el
principio vital del hombre y es mortal; la fe nos dice que es inmortal. La
conclusión a la que llegó Averroes fue la siguiente: hay dos tipos de verdades
una es la verdad descubierta por la razón, la verdad alcanzada con la facultad
racional; la otra es la verdad de la fe, la verdad revelada en la que creemos por
fe. Ambas son legítimas, aunque entre ellas haya contradicción
Los averroistas latinos aplican este mismo plantearniento al terreno de la
religión cristiana. Para ellos, acerca de determinas cuestiones (origen del
mundo, inmortalidad del alma, etc), razón y fe pueden llegar a verdades
distintas, incluso contradictorias. El conflicto entre la razón y la fe puede darse.
En el caso de que se dé el conflicto, los hombres deben atenerse a lo que dice la
fe, pero hay que reconocer que la verdad de la razón es igualmente valida.
La teoría de la doble verdad (llamada así porque defendía la la posibilidad
de "dos verdades" -la racional y la de la fe- en torno a determinadas cuestiones)
fue considerada como una herejía en el año 1277, y su principal defensor, Siger de Brabante,
expulsado de la Universidad de París, de la cual era profesor.
3) Tomás de Aquino. Tomás de Aquino se opone a la teoría de la doble
verdad del averroismo latino y defiende la imposibilidad de contradicción entre la
razón y la fe.

Para Tomás de Aquino hay una sola "fuente" de la verdad: Dios; pero hay dos
caminos o canales distintos, pero no divergentes, de acceder a ella: la razon,
fundamento de la filosofia, y la fe, base de la religión. No son caminos
divergentes ya que entre ellas, entre razón y fe, no puede haber contradicción
(admitir la contradicción entre la verdad de la razon y la verdad de la fe supone
decir que Dios se contradice a sí mismo, pues la verdad emana de El). Si en
alguna cuestión observamos que entre razón y fe hay contradicción ello es
debido a que ha habido un "error" en eI razonamiento del filósofo y, en
consecuencia, debe ser revisado y corregido. Si se emplea adecuadamente la razón, esta jamás podrá entrar en litigio con la fe. Si entre ambas hay contradicción, es la razón la que se equivoca.
El hombre, según Tomás de Aquino, puede llegar a conocer multitud de
"verdades". Estas "verdades" se distribuyen en tres ámbitos:
* verdades a las que el hombre puede acceder mediante el solo uso
de la razón
. Por ejemplo: las verdades de la matemática o de una ciencia
natural cualquiera. Que "dos más dos es igual a cuatro" es una verdad de este
tipo; también lo es la verdad "la energía ni se crea ni destruye; solamente se
transforma".
* verdades accesibles a la fe y a la razón. Se trata de verdades que han
de ser admitidas por fe, pero a las que el hombre puede llegar a través de un
uso correcto de la razón. Este tipo de verdades se incluyen dentro de lo que se
llama "Religión o Teología Natural". Una verdad de este tipo es la verdad: "Dios
existe". Por fe admitimos como "verdadero" que Dios existe; pero, asimismo,
también se puede llegar a ella a través de la razón. Tomás de Aquino las llama
"preámbulos o los artículos de fe". En este tipo de verdades jamás puede haber
contradicción alguna entre razón y fe por las razones que ya hemos expuesto
anteriormente. La razón ha de colaborar con la fe ayudándole como si de una
"sierva" se tratara; ayudando a asentar las verdades de la fe sobre una base
racional.

* verdades accesibles exclusivamente a la fe. También las llama
"artículos de fe". Sobrepasan y exceden la capacidad de la razón para
"comprenderlas" y "entenderlas". Se trata de "verdades suprarracionales", y se
incluyen dentro de lo que se llama "Religión o Teología Revelada". Algunos
ejemplos: las verdades de "la resurrección de los cuerpos", "la inmortalidad del
alma", "Dios es Uno y Trino" (Santísima Trinidad), etc.
La posición de Tomás de Aquino respecto al problema de las relaciones
entre la filosofia y la fe es la siguiente:
1) Dios mismo es, en definitiva, el verdadero tema de la filosofía, porque es
el tema de la "filosofia primera", que ya en Aristóteles aparecía a veces como
"teología". Y la filosofia es el saber ("saber' en sentido esencial, no mero
conocimiento de hechos) que puede tener lugar por la sola razón humana.

Lo cual supone que la razón humana por sí misma, puede establecer ciertas
verdades, incluso relativas a Dios.
2) Hay un saber en el cual estriba la salvación del hombre, y este saber es la
verdadera sabiduría. Este saber versa sobre el fin último del hombre, y es
necesario para la salvación por cuanto cierto conocimiento del fin último
configura el camino que el hombre ha de seguir hacia ese fin.
3) El fin último de todo es el principio primero de todo, es decir: Dios. Por
tanto, el tema de la filosofia y el del saber que hace posible la salvación
coinciden. Puesto que uno y otro saber son verdad, es imposible que lleguen
a contradecirse.
4) La sola razón humana no puede alcanzar el saber necesario para la
salvación. Esto quiere decir que la filosofía, aunque su tema coincida con el
del saber, no es ese saber. Ese saber lo ha revelado Dios, y lo que Dios ha
revelado lo ha revelado porque su conocimiento era necesario para la
salvación.
5) "Es imposible que de lo mismo haya a la vez fe y ciencia", entendiendo
por "ciencia" el conocimiento que se tiene en virtud de la razón humana, lo
que se sabe racionalmente no se cree. "Revelado" en sentido formal es sólo
áquello que no se puede alcanzar por la razón.
6) La revelación hecha por Dios a los hombres está contenida en la
Escritura. Y su recepción por los hombres (esto es: la revelación misma,
pero considerada por el lado de los hombres) es un acto de captación
intelectual, aunque no de demostración; es decir. No se trata de repetir
fórmulas (lo cual no sería ni siquiera creer) sino de que esas fórmulas tengan sentido, aunque sea un sentido no demostrable. Ahora bien, el hombre no puede captar, enterarse, de otra manera que poniendo en relación lo que capta con sus propios conocimientos; no hay captación "a partir de cero", porque entonces las mismas palabras carecerían de sentido.
De ahí que la idea de una asunción pura y exclusiva de lo literalmente
revelado sea una idea contradictoria. De ahí que, incluso sin demostración,
no haya aceptación de la fe si no hay un esfuerzo de comprensión; y que lo
que se pone a contribuir en ese esfuerzo sea aquello que el hombre puede
conocer por sí mismo.
7) La captación de la revelación no es una operación individual, sino que implica a la comunidad jerárquica de los creyentes (la Iglesia). La teología o ciencia sagrada, que no es sino la Revelación captada por el hombre es cosa de la Iglesia, no de cada creyente.
4) Guillermo de Ockham y el Nominalismo Guillermo de Ockham y
los nominalistas (siglo XIV) defienden la separación entre, la razón y la fe. Para
ellos, razón y fe tienen ámbitos de conocimiento distintos. El ambito de
conocimiento de la razón -y, por tanto, de la filosofia- es "lo natural, la
naturaleza; el de la fe -de la religión- es "lo sobrenatural", la revelación divina.
Ninguna de las dos -ni la razón ni la fe- puede salirse de su ámbito. Al defender
esto, Ockham "y compañía" comienzan a dar los primeros pasos hacia lo que
será la "filosofia moderna" ya que son partidarios de que la filosofía se
desvincule de la religión y acabe esa "relación servil" de la filosofia respecto de
la religión.
En definitiva, para Ockham, la razón y la fe, la filosofia y la religión deben
discurrir por cauces separados; cada una de ellas se desarrollará según sus
propias leyes" y sin mirar a la otra.


6. EL PROBLEMA DE LA DEMOSTRACIÓN RACIONAL DE LA EXISTENCIA DE DIOS.
Es el problema fundamental, la cuestión central que "preside"
actividad filosófica entre los siglos XI y XIV. Es el problema de la posibilidad de
saber racionalmente si Dios existe.
Antes de conocer las soluciones que a este problema se dieron a lo largo
de esos siglos conviene tener en cuenta las posiciones intelectuales acerca de la
posibilidad de unn demostración de la existencia de Dios.
La primera de estas posiciones es el Agnosticismo, el cual sostiene que
es imposible demostrar la existencia o no-existencia de Dios pues esta cuestión
sobrepasa la capacidad de la razón humana; la razón se muestra incapaz pues la razón tiene unos límites, "los límites de la experiencia.", y Dios -por
definición- es lo que está "más allá" de esos límites. Por tanto, acerca de
cualquier asunto o cosa trascendente que esté en un plano "más allá" de los
límites de la experiencia, la razón no puede concluir nada con rigor ni precisión.
Un agnóstico famoso de la Edad Media fue el monje franciscano Guillermo de
Ockham.
La segunda posición infelectual es el Ateismo. Para los ateos, Dios no
existe, y, además, se pueden aducir, presentar pruebas y argumentos
racionales que demuestran esa no-existencia. Entre estos argumentos destaca
el argumento de la existencia del mal: si Dios existiese no existiría el mal, pues
Dios es Infinita Bondad; existe el mal -lo vemos por doquier- y esta existencia
del mal es incompatible conque pueda existir Dios como Infinita Bondad.
La tercera de las posiciones es el Teísmo o Teologismo. Esta postura
sostiene que Dios existe y el hombre, a través del uso de la razón, puede
demostrar esta existencia a través de una serie de argumentos o pruebas. La
razón, frente al agnosticismo, sí puede trascender los límites de la mera
experiencia y afirmar con rotundidad que existe "Algo" que se encuentra "más
allá" de esos límites: Dios. Anselmo de Canterbury y Tomás de Aquino son los
teistas más famosos de la filosofia medieval.
6.l.La demostración de la existencia de Dios en el argumento ontológico. -
Anselmo de Canterbury (1033-1109), en una obra titulada Proslogion,
ofrece una prueba o argumento racional mediante el cual se puede demostrar
la existencia de Dios. Este argumento se conoce con el nombre de "argumento
ontológico" (más adelante, veremos que R. Descartes también hace uso de él
para demostrar que Dios existe). Se califica de "ontológico" a este argumento
porque, como veremos a continuación, consiste en derivar o deducir del concepto o idea de una cosa la existencia ontológica, real de la cosa.
El punto de partida del argumento de San Anselmo es la noción o
concepto que de Dios tienen los hombres, incluso aquellos que niegan la
existencia de un ser tal que se corresponda con esa noción o concepto, es decir,
los ateos. Esta noción o concepto de Dios es la siguiente: Dios es aquello
mayor que lo cual nada puede pensarse; dicho de otra manera es el ser
más perfecto; ningún ser es más perfecto que Él. Si el ateo dice que Dios no
existe es porque entiende y comprende lo que significa ser el ser más perfecto.
Cabe concluir, por tanto, que, al menos, Dios existe en su entendimiento, en
su cabeza (in intellectu). El ateo, no obstante, reconoce que sólo existe Dios
como concepto, como noción, y no como un objeto real, como algo existente en
la realidad.
Ahora bien, -y continua el argumento demostrativo- este Ser perfecto
puede ser concebido como existiendo no sólo en la mente de alguien sino
también en la realidad, y este ser, al existir en la realidacl, sería más grande,
más perfecfo que uno que existiera sólo mentalmenle. Por tanto, el ateo se
contradice al pensar que Dios es el ser más perfecto y que ese ser no
existe en la. realidad. En efecto, por un lado, el ateo afirma que concibe un
ser cuya perfección no puede ser superada por nada; por otro lado, afirma que
ese ser no existe en la realidad. Pero afirmar a la vez una cosa y otra es incurrir
en una contradicción.
Conviene decir que la base de este argumento radica en la suposición de que la
existencia en la realidad, la existencia ontológica (in re) añade perfección.
La conclusión es que si Dios es el ser más perfecto, de manera
inevitable se deduce que ese ser tiene que existir en la realidad y no sólo
en la mente de los hombres.
En definitiva, para San Anselmo la proposición Dios existe es tan evidente
y clara como la proposición que afirma que el todo es mayor que las partes,
pues, de la misma manera que del concepto o noción de "todo'' se deduce que
ha de "ser mayor que cada una de las partes", de la idea, noción o concepto de
Dios como el ser más perfecto se deduce que ese ser tiene que existir en la
realidad.
Se trata de una demostración a priori pues, sin ningún tipo de recurso a
los datos de la experiencia y solamente considerando la idea o concepto que la
razón posee de Dios, se deduce una de sus propiedades o atributos: la
existencia en la realidad.
Este argumento ha recibido muchas críticas y refutaciones. Es muy
conocida la refutación que hizo un monje contemporáneo de San Anselmo
llamado Gaunilón en una obra titulada "Libro en favor del insensato" (para San
Anselmo un ateo era un "insensato" o ignorante pues se contradecía a sí
mismo). Según Gaunilón, el argumento de San Anselmo comete el error de
pasar del ámbito de lo mental al ámbito de lo real. Si se pudiese pasar de un
ámbito a otro -tal y como hace San Anselmo- podríamos pensar en unas islas
perfectísimas en el océano y tendrían que existir sólo por el hecho de tener la
noción o concepto de ellas".
San Anselmo respondió a la objeción o "pega" de, Gaunilón afirmando que
solamente acerca de Dios es válido este argumento pues sólo de Él se puede decir
que es perfecto; los demás seres incluidas las islas más perfectass, por el hecho de ser materiales ya son imperfectas.
Tomás de Aquino (siglo XIII) hace dos críticas al argumento ontológico. La
primera de estas críticas señala que el argumento es falaz y engañoso porque
si el punto de partida es la noción pensada de Dios la conclusión sólo puede ser
una existencia pensada pero no una existencia en la realidad (según Tomás de
Aquino, San Anselmo está dando, con su argumento, un "salto injustificado"
desde el ámbito de "lo pensado", "lo gnoseológico" hasta el ámbito de "lo real",
"lo existente ontológicamente". La segunda de estas críticas aparece en la
Suma Teológica, primera parte, cuestión segunda, artículo primero (véase
"Libro de Textos"). Según Tomás de Aquino, San Anselmo supone que la
proposición "Dios existe" es evidente para nosotros (los hombres) cuando en
realidad no lo es, y la explicación es la siguiente: una proposición es evidente
para nosotros cuando conocemos y sabemos que el predicado está incluido en
el sujeto; por tanto, "Dios existe" sería algo evidente para nosotros si fuéramos
capaces de ver el predicado "existe" como algo incluido en el sujeto "Dios". Pero
nosotros, los hombres, no conocemos la naturaleza del sujeto "Dios" pues Dios
es trascendente, está más allá del mundo y de los hombres, y como tal, no podemos saber "lo que es" con propiedad...................continuará

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