LOS
ORÍGENES DEL PENSAMIENTO FILOSÓFICO.
1)
Del
mito al logos: panorama general de la filosofía en los siglos VI y V a. C.
2)
Sócrates:
la fundación de la filosofía moral.
3)
Platón.
Los dos mundos: El mundo suprasensible o mundo de las ideas y el mundo sensible.
4)
Teoría
del conocimiento: Grados del conocer y división de las ciencias. La dialéctica.
5)
Concepción
antropológica.
6)
Ética
y política: la organización ideal de la República.
1. GRECIA, CUNA DE LA
FILOSOFÍA
En el siglo VI a. C. Grecia (los griegos se referían a ella como la
Hélade), estaba constituida por una serie de ciudades (polis) políticamente
independientes entre sí.
Entre las polis destacaban Mileto, Atenas y Esparta. A pesar de no
formar una unidad política, los griegos compartían la misma lengua y
creían en unos mismos dioses (Zeus, Afrodita, Apolo…).
Los dioses griegos son antropomorfos y sufren percances y
conflictos semejantes a los delos seres humanos. Estos dioses aparecen en los
poemas épicos de Homero (la Ilíada y la Odisea) y de Hesíodo, cuyo estudio
formaba parte de la educación que recibían los griegos. La transmisión de estas
obras literarias hizo que se convirtieran en uno de los nexos de unión más
eficaces entre ellos, ya que gracias a su estudio las nuevas generaciones aprendían
la lengua griega y compartían la creencia en las mismas divinidades. Además del
idioma y la religión, existía otro lazo de unión entre los
griegos: los juegos panhelénicos. Estos juegos consistían en
cuatro competiciones atléticas de las cuales los juegos olímpicos son los más
conocidos.
A pesar de lo que compartían, las polis griegas también fueron rivales
políticos y se enfrentaron en numerosas guerras, como la Guerra del
Peloponeso (431-404 a. C.), que enfrentó a las dos polis principales,
Atenas y Esparta.
Además de la rivalidad que existía entre ellas, las polis tuvieron que
defenderse de un enemigo mucho más poderoso: el Imperio persa. Los conflictos
entre griegos y persas se conocen como las Guerras Médicas (492-449 a.
C.). El origen de estas guerras fue la sublevación de las ciudades griegas de
Asia Menor (Mileto, Éfeso...) contra los persas, pero la causa última del
conflicto era el dominio del mar Egeo. Después de un largo enfrentamiento, los
griegos derrotaron a los persas. La principal beneficiaria de esta victoria fue
la polis de Atenas, que impuso su hegemonía sobre las otras ciudades griegas y
se convirtió en una potencia marítima que dominaría el mar Egeo durante la
segunda mitad del siglo v.
2. PERIODIZACIÓN DE
LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
La Filosofía Antigua es la etapa de la Historia de la Filosofía
que va desde el siglo VI antes de Cristo hasta los primeros siglos de la era
cristiana. Al abordar la Historia de la Filosofía vamos a identificar los
siguientes períodos y estudiaremos los siguientes autores:
Filosofía antigua (S. VI a. de C. – V
d. de C.): Platón y Aristóteles.
Filosofía medieval (S. VI – XIV): Tomás
de Aquino.
Filosofía moderna (S. XV – XVIII):
Descartes, Hume y Kant.
Filosofía
contemporánea (S.
XIX – XXI): Marx, Nietzsche, Russell y Ortega y Gasset.
Dentro de la
Filosofía Antigua se incluyen:
Los Presocráticos,
considerados como los primeros filósofos de Occidente.
Los filósofos del
siglo V antes de Cristo: los Sofistas y Sócrates.
Los dos grandes
filósofos de esta etapa: Platón, discípulo de Sócrates, y Aristóteles,
discípulo de Platón.
Las Escuelas
Filosóficas Helenísticas o postaristotélicas: Cinismo, Epicureismo,
Estoicismo, Escepticismo y Neoplatonismo.
3. LOS ORÍGENES DEL
PENSAMIENTO FILOSÓFICO. DEL MITO AL LOGOS:
PANORAMA GENERAL DE
LA FILOSOFÍA EN LOS SIGLOS VI y V a. C.
El origen de la
filosofía: factores que favorecieron su aparición.
La filosofía surgió
de forma simultánea en China, India y Grecia en el siglo VI a. de C.,
aunque con orientaciones muy distintas. Será la filosofía occidental la que
sentará las bases sobre las que se desarrollará la ciencia moderna, que
transformará nuestra concepción del mundo y la forma de interactuar con él a
través del desarrollo de la tecnología. A lo largo de este año nos detendremos
en algunos de los hitos de la filosofía occidental.
El nacimiento de
la filosofía se debe fundamentalmente a tres factores: la próspera
situación económica de las regiones portuarias griegas, donde el intercambio
económico y de ideas era constante, y que permitió la aparición de una clase
social con tiempo libre y que despreciaba el trabajo manual (propio de esclavos)
y la libertad de creencias religiosas presente en la sociedad y la libertad
política, que favorecieron un clima de mayor tolerancia respecto a otras
creencias, ideas y razonamientos. La ciudad asiática de Mileto se convirtió
en el primer núcleo filosófico de Grecia. Cuando la ciudad fue destruida
por los persas (494 a. C.), los pensadores encontraron acogida en Atenas.
Sócrates fue el primer gran pensador ateniense.
El paso del mito al
logos.
El origen de la
filosofía se describe como el paso «del mito al logos», es decir, la
sustitución de las explicaciones mitológicas por explicaciones racionales para
entender los interrogantes que planteaba la naturaleza.
Los mitos son narraciones
simbólicas (cuentan una historia que hay que interpretarla) situadas fuera
del tiempo histórico, que se van transmitiendo de generación en generación y
que están protagonizadas por seres extraordinarios. Explican cuestiones
relacionadas con el hombre, la naturaleza y los dioses. Llegó un momento en que
las narraciones míticas
perdieron
significación, y en su lugar se buscaron explicaciones racionales en las que no
intervinieran ni divinidades ni seres sobrenaturales. Los primeros filósofos
propusieron, en sustitución de los seres mitológicos, un principio natural,
como el agua o el aire, a partir del cual se derivaba el resto de la realidad.
En el cuadro que aparece a continuación vemos reflejadas algunas de las
diferencias entre el mito y la filosofía:
MITO
|
LOGOS
|
Concepción global
de la realidad
Explicaciones
imaginativas
Saber tradicional
Fuerzas
sobrenaturales
Arbitrariedad
|
Concepción global
de la realidad
Explicaciones
racionales
Saber crítico
Elementos naturales
Regularidad:
leyes naturales
|
Aunque en la
actualidad aquellas primeras respuestas y explicaciones racionales que se
ofrecieron para los fenómenos que resultaban enigmáticos y sorprendentes no son
siempre satisfactorias, supusieron una importante innovación: el surgimiento de
la filosofía.
Los primeros
filósofos
Los primeros
filósofos occidentales son los denominados filósofos presocráticos. Fueron
ellos quienes dieron ese importante paso de sustituir el modelo de
explicación mítico por el modelo de explicación racional (aunque en el mito ya
está presente el logos y a la inversa) a la hora de encontrar las
respuestas a los grandes interrogantes que se plantea la humanidad.
Se los ubica cronológicamente
en los siglos VII y VI antes de Cristo.
La característica
principal común a casi todos los filósofos presocráticos es la preocupación
por cuestiones cosmológicas referentes al origen y composición del universo.
Más concretamente, los presocráticos intentaron encontrar el elemento o
sustancia del que proceden y están hechas todas las cosas que componen el
universo, y al cual vuelven después de descomponerse. A ese elemento o
sustancia lo denominaron arché o physis. Para estos pensadores, detrás
de la aparente multiplicidad de la naturaleza, de la cual nos informan los
sentidos, debía existir un principio único y, por tanto, buscaban la unidad en
la multiplicidad.
Esa es la función de
la razón: descubrir la auténtica realidad en medio de tantas apariencias.
· La
escuela milesia. Los tres filósofos de esta escuela proponen la existencia
de un único principio que explica el origen de todo, razón por la cual se les
conoce también como filósofos monistas.
Tales
(639-547 a.C) piensa que el arché es el agua. Tales
de Mileto, es el primer pensador de Occidente, y en su tiempo era considerado
uno de los siete sabios de Grecia. Si Tales
fue el primer griego que abandonó las formulaciones míticas y, por ello, es
considerado como el primer filósofo; Lo importante de lo que nos ha llegado de su pensamiento es, pues, que
concibió la noción de la unidad en la diversidad, intentando explicar a partir
de ella las diferencias que se perciben en la multiplicidad de lo real, y que
dicho principio o "arjé" era de carácter material. Sea como fuere, Tales es considerado el primer
filósofo por cuanto, frente a las explicaciones de la realidad de carácter
mítico y religioso, nos ofrece por primera vez una explicación basada en la
razón, es decir, en la que no se apela a entidades sobrenaturales para explicar
lo real ni se admite lo contradictorio, rechazándose, además, la heterogeneidad
entre la causa y el efecto: si la realidad es física, su causa ha de ser
también física (el agua, por ejemplo).
Anaximandro fue el primero de quien tenemos testimonios
concretos de que hizo un intento comprensivo y detallado por explicar todos los
aspectos del mundo de la experiencia humana.
Anaximandro fue más joven que Tales, aunque no mucho, ya que murió poco después del año 547 a de Cristo, fecha en la que había muerto Tales. Al mismo tiempo, toda la tradición doxográfica le hizo pariente, compañero, amigo y discípulo de Tales, intentando hacer ver, con ello, que ambos procedían de la misma ciudad (Mileto) y que uno era algo más joven que el otro. Para Anaximandro la substancia originaria (arjé) es lo apeiron (lo indefinido e infinito). Es importante, ya de entrada, señalar el paso importante que Anaximandro da sobre Tales en relación con el tema del principio o arjé. Y es que, en el afán racional de la búsqueda de lo permanente (esencia), Anaximandro, sitúa esa esencia no en los elementos (tierra, agua, aire, fuego), que podían ser percibidos por los sentidos, sino detrás de esa capa aparencial, con lo que realmente tiene lugar, por primera vez en la historia del pensamiento, una abstracción clara que va desde lo sensible hasta lo inteligible; lo que no quiere decir que Anaximandro considerara a lo apeiron como una realidad espiritual.
Anaximandro fue más joven que Tales, aunque no mucho, ya que murió poco después del año 547 a de Cristo, fecha en la que había muerto Tales. Al mismo tiempo, toda la tradición doxográfica le hizo pariente, compañero, amigo y discípulo de Tales, intentando hacer ver, con ello, que ambos procedían de la misma ciudad (Mileto) y que uno era algo más joven que el otro. Para Anaximandro la substancia originaria (arjé) es lo apeiron (lo indefinido e infinito). Es importante, ya de entrada, señalar el paso importante que Anaximandro da sobre Tales en relación con el tema del principio o arjé. Y es que, en el afán racional de la búsqueda de lo permanente (esencia), Anaximandro, sitúa esa esencia no en los elementos (tierra, agua, aire, fuego), que podían ser percibidos por los sentidos, sino detrás de esa capa aparencial, con lo que realmente tiene lugar, por primera vez en la historia del pensamiento, una abstracción clara que va desde lo sensible hasta lo inteligible; lo que no quiere decir que Anaximandro considerara a lo apeiron como una realidad espiritual.
Anaxímenes de Mileto nació en
Mileto en el 585 a.C., aproximadamente, y murió en el 524 a.C. Teofrasto nos
describe a Anaxímenes como discípulo y compañero de Anaximandro siendo, al
parecer, unos veintidós años más joven que él. Se le atribuye la composición de
un libro, "Sobre la naturaleza", escrito, según Diógenes Laercio, en
dialecto jónico, y en un estilo sencillo y sin superfluidades. Se opone a
Anaximandro y a Tales en cuanto a la determinación del primer principio o
"arjé" que Anaxímenes considera ser el aire. Probablemente haya
tomado esta elección a partir de la experiencia, influyendo la observación de
los seres vivos y la importancia del fenómeno de la respiración; en cuanto toma
como "arjé" un elemento particular, su pensamiento supone un
retroceso con respecto a Anaximandro; pero Anaxímenes nos ofrece un mecanismo
de explicación de la generación de las cosas a partir de otro elemento distinto
de ellas: ese mecanismo de generación se apoya en las nociones de
"condensación" y "rarefacción". Por condensación del
aire, dice Anaxímenes, se forman las nubes; si las nubes se condensan se forma
el agua; la condensación del agua de lugar a la constitución del hielo, de la
tierra; y la condensación de la tierra da lugar a la constitución de las
piedras y los minerales; el proceso inverso lo representa la rarefacción:
si la piedra pierde condensación dará lugar a la formación de tierra; a su vez,
si la tierra pierde condensación se transforma en agua; y siguiendo el proceso
de pérdida de condensación o rarificación, del agua sugirían las nubes, de
éstas el aire y, por último, la rarefacción del aire produciría el fuego.
· Pitágoras (582-507 a. C.) fundó en el
sur de Italia una especie de comunidad filosófica y religiosa. Consideraba que
el arché de todas las cosas son los números. Al fin y al cabo un gran número de
realidades se pueden describir numéricamente, y son esas relaciones numéricas
las que explican la belleza, orden y armonía que hay en el cosmos. Además, todo
lo existente tiene una forma geométrica y los pitagóricos concebían los números
de forma geométrica: el uno es el punto, el dos la línea, el tres el plano y el
cuatro el volumen. La suma de estos cuatro números da el número perfecto, el
diez, al que llamaron tetraktis.
· Heráclito (544-484 a. C.) considera que el mundo está en continuo
devenir y cambio. Una de sus máximas afirma que “Todo fluye, nada permanece”.
En este mismo sentido asegura que nadie puede bañarse dos veces en el mismo
río. El arché de todas las cosas es el fuego, del cual proceden todos los
elementos y al cual vuelven al final de sus días. Todo este proceso de cambio
está regido por un logos o razón universal.
la polémica entre Heráclito y Parménides
· Parménides (510-450
a. C.) Escribió un poema del cual nos han llegado algunos fragmentos, de los
cuales podemos deducir lo siguiente: la realidad que percibimos a través de los
sentidos (una realidad creada, cambiante, divisible y múltiple) es una realidad
que no es, una apariencia, una realidad ilusoria; solo es real, la realidad que
muestra la razón (una realidad eterna, inmutable, indivisible y única).
· Los pluralistas.
Bajo el término de pluralistas se engloba a un grupo de filósofos muy influidos
por Parménides. Estos pensadores se separaron de su maestro al postular que lo
existente tenía que ser una pluralidad, en lugar de una unidad. Se dieron
cuenta de que la lógica de Parménides conducía a un camino sin salida, ya que
el movimiento no era explicable con un único principio. Por ello recurrieron a
varios principios originarios. Para Empédocles
(493-433 a. C.) el arché de todas las cosas son los cuatro elementos:
tierra, agua, fuego y aire, a partir de cuya combinación se forman tanto los
seres vivos como los inertes. Según Demócrito
el arché de todas las cosas son los átomos, pequeñas partículas indivisibles,
de diferentes tamaños, formas y pesos, que se mueven en el vacío.
Términos
Phisis.
A los
primeros filósofos griegos Aristóteles los llamó «phisikhoi»: físicos.
No debe confundirse en cualquier caso con lo que hoy se entiende por físico. «Phisis»
significa naturaleza. Pero su sentido es mucho más abstracto de lo que hoy se
entiende por tal. De hecho este término está emparentado con «génesis»
que significa nacer, surgir. El sufijo «sis» que lo hace abstracto designa
concretamente el acto de «phínai», el proceso de surgir y desarrollarse,
producir, «dar nacimiento a». No supone tanto el origen, o principio como el
fundamento o como diría Aristóteles, el substrato. También material permanente
o «naturaleza de las cosas» de la que se componen en última instancia todas las
cosas en todos los tiempos.
Arkhé.
Significa
principio. Es un término que no utilizaron al parecer ni Tales ni Anaximandro,
aunque Aristóteles se lo atribuya y Conrford supone que Anaximandro ya lo usó.
Arkhé significa principio, origen. Punto de partida o estado inicial de cosas.
Monismo
Palabra
con la que en historia de la filosofía se suele referir a todo sistema
filosófico que supone un solo principio o arkhé, pero también un solo
elemento fundamento de las cosas o phisis.
Pluralismo
Palabra
con la que en historia de la filosofía se suele referir a todo sistema
filosófico que supone una pluralidad de principios originantes y constituyentes
de la realidad.
Metafísica
Palabra
con la que en filosofía se designa de modo crítico el conjunto de sistemas
filosóficos que parten del supuesto de que concebir la realidad racionalmente
equivale a concebirla como una unidad, sea desde un principio único o desde
varios.
Mito
Del griego
"mythos", cuya etimología remite a significados como
"palabra", "discurso". Se entiende por mito todo relato
acerca de los orígenes de cualquier tipo de realidad (desde el origen del
universo y del ser humano, hasta el de un objeto cualquiera). Tal relato tiene
las características de apelar a lo sobrenatural, como elemento explicativo, y
de recurrir a un lenguaje ambivalente, lo que le lleva a incurrir en
contradicciones.
Platón, en la "República", se refiere al mito, al principio del libro III, (392a), al explicar las razones por las que no se debe autorizar su difusión en la sociedad ideal, con estos términos: "Razón por la cual hay que atajar el paso a esta clase de mitos (...) que hablan de los dioses, de los démones y héroes y de las cosas de ultratumba".
En cuanto discurso carente de fundamento racional el mito se opone al Logos.
Platón, en la "República", se refiere al mito, al principio del libro III, (392a), al explicar las razones por las que no se debe autorizar su difusión en la sociedad ideal, con estos términos: "Razón por la cual hay que atajar el paso a esta clase de mitos (...) que hablan de los dioses, de los démones y héroes y de las cosas de ultratumba".
En cuanto discurso carente de fundamento racional el mito se opone al Logos.
Logos
Término
procedente del griego "léghein", que fue utilizado con múltiples
significados, siendo los fundamentales los de "cálculo" y
"discurso", y que en filosofía se suele traducir por
"razón" o "pensamiento" en la mayoría de los ocasiones.
En Platón el Logos es el discurso articulado que permite dar razón de una cosa. En Aristóteles, al entender que la lógica se ocupa del discurso declarativo (del discurso que afirma o niega) éste pasa a constituirse en el objeto de la lógica como "logos apophantikós" ("discurso declarativo").
En Platón el Logos es el discurso articulado que permite dar razón de una cosa. En Aristóteles, al entender que la lógica se ocupa del discurso declarativo (del discurso que afirma o niega) éste pasa a constituirse en el objeto de la lógica como "logos apophantikós" ("discurso declarativo").
4.
SÓCRATES: LA FUNDACIÓN DE LA FILOSOFÍA MORAL.
Los sofistas.
Con el nacimiento de
la polis surgió el concepto de ciudadano. Todos los miembros de las
antiguas tribus adquirieron unos mismos derechos y obligaciones dentro de una
comunidad más amplia. Esta igualdad de derechos y obligaciones originó el
descubrimiento de la democracia. La polis de Atenas fue el lugar donde
por primera vez en la historia existió este sistema político.
En el siglo VI a. e,
los legisladores atenienses Solón y Clístenes, impulsados por las clases
populares, que habían tenido una participación decisiva en la defensa de la
ciudad durante las Guerras Médicas, llevaron a cabo una serie de reformas que
propiciaron la instauración de la democracia. La vida democrática ateniense
adquirió un gran auge durante el gobierno de Pericles (461 y 429 a. C).
Esta época coincidió con la etapa más próspera de la ciudad.
La democracia
ateniense era directa. Todos los ciudadanos (las mujeres, los esclavos y
los extranjeros no lo eran), tenían derecho a participar en el gobierno de la
ciudad. En Atenas no se imponía la tesis del más rico, poderoso o influyente,
sino la de aquel que era capaz de convencer a sus conciudadanos en la asamblea)
y en los tribunales. Para poder defender sus opiniones e intereses, los
ciudadanos necesitaban expresarse en público; por este motivo, el aprendizaje
de la oratoria era una necesidad. Dado que su estudio no
formaba parte de la
educación ateniense, muchos jóvenes estaban dispuestos a pagar elevadas sumas
de dinero para contratar a maestros que les enseñaran este arte, y en esta
tarea van a jugar un papel importante los sofistas.
Los sofistas (palabra
derivada de sophos, que significa sabio) fueron los primeros
profesionales de la enseñanza ya que cobraban dinero por impartir sus
enseñanzas (Platón, en un tono peyorativo y despectivo, los denominó
prostituidores del saber) y además ejercían su profesión de manera ambulante. Abandonaron
la preocupación por cuestiones cosmológicas, en las cuales se encontraban en un
callejón sin salida por la cantidad de respuestas aportadas, y se preocuparon
por una temática filosófica más centrada en el hombre y en la sociedad.
Además, hicieron diversas aportaciones filosóficas entre las que vamos a
destacar dos:
Distinción entre
nomos y physis
Las reflexiones
filosóficas de los sofistas se centran en el ser humano, especialmente como ser
social que desarrolla su vida en el seno de una polis con unas determinadas leyes,
costumbres, etc. La conclusión a la que llegan los sofistas es que la vida de
los hombres se rige por dos tipos de leyes. El primer tipo de leyes son las leyes
de la naturaleza (physis) las cuales forman parte del orden necesario del
universo y, como tal, no pueden ser cambiadas o sustituidas por otras. EI otro
tipo de leyes son las leyes convencionales de la polis (nomos) en la que
vive cada hombre, las cuales son meras creaciones humanas, y , en cuanto que
son un producto humano, pueden y en algunos
casos deben ser
cambiadas. Por ejemplo, Antifonte afirma que por naturaleza todos somos iguales
y que son las leyes humanas las que discriminan a unos frente a otros. Sin embargo,
Calicles considera que por naturaleza es justo que el fuerte domine al débil.
Defensa del
relativismo.
Su aportación
filosófica más importante fue la defensa del relativismo. Esta defensa se resume
y condensa en la frase de Protágoras: El hombre es la
medida de todas las cosas. Según los sofistas, las cosas son tal
y como se le muestran y aparecen a cada individuo, es decir, la realidad es
relativa a cada individuo. En el terreno de la ética y de la moral esto supone
afirmar que es cada individuo, o cada cultura, quien marca y establece qué es
lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto. En consecuencia, las valoraciones
morales acerca de determinadas acciones, el aborto, el incesto, el infanticidio,
no son objetivas y universalmente válidas para todos los hombres sino subjetivas
y relativamente válidas. En el terreno o ámbito del conocimiento humano el relativismo
sofista desemboca en la afirmación de que no hay verdades absolutas y válidas para
todos los hombres sino que hay tantas verdades como visiones o perspectivas particulares
de la realidad.
Sócrates fue contemporáneo de los sofistas (470-399
a. de C.). Su madre era comadrona y él se
veía a sí mismo como una “comadrona de mentes.” Fue un individuo de una
personalidad muy atrayente (tuvo muchísimos discípulos) y, desde el punto de
vista político un personaje bastante incómodo para los gobernantes del momento
(se consideraba a sí mismo el tábano de Atenas). Fue acusado de impío y
corruptor de menores, y se le condenó a la pena capital, consistente en beber
cicuta, un veneno mortal. A pesar de que tuvo ocasión de escapar de Atenas para
eludir la condena, consideró que era injusto incumplir las leyes de la ciudad y
prefirió morir envenenado.
Sócrates no escribió
ninguna obra. No obstante, es posible una reconstrucción de sus aportaciones
filosóficas gracias a los testimonios de filósofos posteriores, sobre todo Platón,
su más conocido discípulo. Algunas de sus aportaciones son las siguientes:
La búsqueda colectiva
de la verdad a través del diálogo
La aportación
filosófica fundamental de Sócrates es la búsqueda de la definición universal, de la verdad, a través del diálogo, centrando
sus indagaciones en cuestiones éticas. Dicha búsqueda consiste en encontrar la
característica común (esencia)
que comparten todas las cosas a las que aplicamos una misma palabra. Sócrates
piensa que debe haber una característica común a todas las cosas que llamamos justas
(la justicia), así como a todas las cosas que llamamos buenas (el
bien), a todas las cosas bellas (la belleza), etc. Es esa característica
común lo que sirve de criterio para distinguir respectivamente lo justo de lo injusto,
lo bueno de lo malo, lo bello de lo feo. La búsqueda de la definición universal
acerca de los valores morales la realiza el maestro, el propio Sócrates, a
través del diálogo con sus interlocutores. Este método se conoce como método
mayeútico y tiene dos fases o etapas.
a) La primera fase
es la ironía: el objetivo perseguido por el maestro en esta fase es lograr
que el interlocutor ponga en cuestión todo aquello de lo que creía estar seguro
y convencido y caiga en la cuenta de que en realidad no sabe, es decir,
ignora aquello que creía saber (por ejemplo, creía saber qué era la justicia o
la belleza y acaba dándose cuenta de que no lo sabe). En este sentido es
célebre la sentencia socrática en la que afirma: “Solo sé que no sé nada”. Mediante
la ironía, Sócrates se enfrenta a los que pretenden poseer el saber, y a los que
creen que lo pueden enseñar. Se opone a la concepción del saber como mercancía
que puede comprarse, venderse o adquirirse, tal como defendían los sofistas.
b) La segunda fase es
la mayeútica:
una vez reconocida la ignorancia, el maestro trata, a través de preguntas y
respuestas, de ayudar a que el interlocutor alcance la definición objetiva y
universal de aquello que se pretendía definir. Es la fase en la que, con ayuda
del maestro, el discípulo da a luz el concepto. La verdad socrática no
consiste en aprender algo concreto, sino en que el interlocutor se replantee su
propia vida. Platón hace decir a Sócrates en su Apología “Para el
hombre, no tiene objeto vivir una vida sin examen”.
Rechazo del
relativismo
De lo dicho
anteriormente se deriva su rechazo del relativismo y la defensa del intelectualismo
moral. Frente a los sofistas, Sócrates defiende que los valores morales son objetivos.
Su teoría del intelectualismo moral defendía que la conducta moral se basa en
el conocimiento, y que solo es posible ser justos si se conoce lo que es la
justicia. Por lo tanto el que obra mal lo hace por ignorancia. Aunque fue
confundido por los atenienses con un sofista más, lo cierto es que se
diferencia en varios aspectos: no cobraba por “sus enseñanzas”, su intención no
era enseñar a sus interlocutores a ganar los debates, sino que trasmitía la
importancia de la rectitud moral y la búsqueda de la verdad objetiva.
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