A los dos autores podemos encuadrarlos dentro de la nueva "Filosofía de la vida" nacida a finales del siglo XIX. La vida es para ambos la esencia última de la realidad, aunque es verdad que entendida ésta de manera diferente. Para Nietzsche la vida es considerada desde una perspectiva biológica como impulso instintivo mientras que para Ortega, más influenciado por el historicismo, la considera como biografía (cúmulo de vivencias personales). Encontramos una diferencia básica entre ambos filósofos si atendemos a la consideración que cada uno hace de la razón: para Nietzsche la facultad racional no puede penetrar en la esencia básica de la vida caracterizada como cambio, devenir y desarrollo. Al dejarnos guiar por la razón y despreciar los instintos estamos despreciando, a su vez, la vida; para Ortega, mientras tanto, la razón es una facultad humana indispensable ya que es necesaria para analizar las circunstancias que a cada uno nos rodea, dar sentido a nuestra vida y plantearnos nuestro proyecto vital. De ahí que más que considerar a Ortega vitalista, como a Nietzsche, debemos denominarlo raciovitalista.
Ambos heredan la concepción dinámica, propia de Heráclito, de la realidad. Tanto para Ortega como para Nietzsche la vida, como realidad última, se caracteriza por el devenir, el cambio, la evolución. La realidad está sometida a la historia.
A pesar de lo dicho en el punto anterior los dos tienen una idea diferente del tiempo. Mientras que para Ortega el tiempo solo puede ser entendido de un modo lineal, en el cual los acontecimientos pasados son irrepetibles, para Nietzsche el tiempo es entendido de una manera cíclica como Eterno Retorno. Para él todos los acontecimientos pasados, presentes y futuros están condenados a repetirse eternamente.
Los dos tienen una consideración parecida de la vida como proyecto. El superhombre (artista trágico) para Nietzsche y el hombre con existencia auténtica para Ortega son aquellos construyen su vida creativamente y haciendo uso de su libertad.Aunque los dos vivieron en contextos diferentes -la Alemania de la segunda mitad del siglo XX y la España de la primera mitad del XX-, hicieron un análisis muy profundo y crítico de la época en las que le tocó vivir. Nietzsche de la decadencia de la cultura occidental y Ortega de la crisis que vivía España
Ambos heredan la concepción dinámica, propia de Heráclito, de la realidad. Tanto para Ortega como para Nietzsche la vida, como realidad última, se caracteriza por el devenir, el cambio, la evolución. La realidad está sometida a la historia.
A pesar de lo dicho en el punto anterior los dos tienen una idea diferente del tiempo. Mientras que para Ortega el tiempo solo puede ser entendido de un modo lineal, en el cual los acontecimientos pasados son irrepetibles, para Nietzsche el tiempo es entendido de una manera cíclica como Eterno Retorno. Para él todos los acontecimientos pasados, presentes y futuros están condenados a repetirse eternamente.
Los dos tienen una consideración parecida de la vida como proyecto. El superhombre (artista trágico) para Nietzsche y el hombre con existencia auténtica para Ortega son aquellos construyen su vida creativamente y haciendo uso de su libertad.Aunque los dos vivieron en contextos diferentes -la Alemania de la segunda mitad del siglo XX y la España de la primera mitad del XX-, hicieron un análisis muy profundo y crítico de la época en las que le tocó vivir. Nietzsche de la decadencia de la cultura occidental y Ortega de la crisis que vivía España
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